Arquetipos

La Persona

¿Qué hay más falso que un bolso de imitación?

Uno de marca

Y es que el bolso sigue siendo una máscara. La mayoría ni siquieran son prácticos para guardar cosas,. Acaban siendo un complemento cuya función, junto al resto de prendas, es la de crear una imagen.

Una imagen que pudiera recordarnos a nosotros mismos pero que corresponde a lo que nos corresponde.

La Ánima

Representa las supuestas cualidades femeninas: Estados de ánimo, emociones, reacciones e impulsos. Generalmente reflejadas como una mujer joven. Bella.

Sin embargo, ésto me hace pensar que el Ánima no es un arquetipo en base a lo que representa, sino que éstas asociaciones son lo que el sujeto, asumido varón, siente ante o hacia ella.

Esa belleza virginal mediante la cual se representa la Ánima, es lo que suscita impulsos o atracciones, sentimientos, reacciones, deseos físicos. No es la representación sino el lienzo donde éstas emociones son proyectadas.

¿Por qué no podría el Ánima ser, por ejemplo, unas manzanas confitadas?

El Ánimus

Como representación de las cualidades supuestamente “masculinas”  el ánimus es compromiso, creencia e interpretación.

Casi parece hablar del poder judicial. En lo bueno y en lo malo.

La sombra

El tango.

Lo que ocultamos, los impulsos y el instinto, lo amoral .

Y es que es todo eso, lo que

no quiero admitir que sé que existe

Y los ritmos del tango me lo recuerdan. Y me gusta.

El sí mismo

La conciliación de los opuestos que nos conforman: En mi caso, lo racional, lo controlado y lo ordenado con o pasional, lo desenfrenado y lo caótico .

El niño divino

La verdad misma

A veces nos llora y grita a la cara, claro está, en su idioma infantil. Y los adultos vamos y no entendemos que le pasa ni qué nos está diciendo. Tampoco hacemos el esfuerzo por saber.

El timador

Indómito, anárquico. Los hippies mendigos de la plaza. Parecen vivir en una dimensión a parte. Nada les toca (ni desea hacerlo)

El anciano sabio

Las monjas que pasean.

Símbolo de la vitalidad, la iniciación, el crecimiento y la destrucción del yo, qué mejor forma que uno de los más bajos escalones de la pirámide de la iglesia, desbordantes de fé y sentido, no por ellas sino por algo mayor.

La gran madre

Crecimiento, fertilidad, eterna y virginal. Deriva de la tierra. Crea. Destruye. Implacable y desinteresada.

Los interesados somos nosotros, y éso está acabando con ella.

El agua