Lo onírico y lo improbable

Sólo porque sé que estoy soñando es que las cosas más absurdas,

inusuales y casuales, tienen sentido

La última cosa que pudiera ser

ahora TIENE que ser

Tras haber estado un rato hipnotizada por un vaso de café derramado en el suelo, vuelvo a ver su estado. Se tienen que poner justo encima. El mundo pretende que deje el café.

Cada vez que miro al suelo o a las calles perpendiculares a la plaza me da la impresion de que las nubes solo se mueven si las miro y de que más allá de donde alcanza mi vista, lo que tapan los edificios. No existe. Tiene sentido en éste mundo soñado

Salgo de la plaza y del sueño un rato. Cuando vuelvo, debo cruzar un semáforo que justo entonces cambia a verde. Nada más pisar la plaza vuelve a estar en rojo para los peatones. Siento que si hubiera cruzado en rojo (no había coches) no podría haber vuelto al sueño.