Soñar la ciudad: Entre paréntesis

(Porque me gusta usarlos aunque no “cuenten”)

Sinopsis

No hace falta atar cabos si no hay ningún navío.

Quitar el prefijo “pre”- al “ocuparse” mediante la “des-ocupación”.

Dejando ese espacio libre, cabe ahora todo lo importante:

Lo que nos tranquiliza y lo que tememos. Y lo segundo ya no molesta, ni asusta (Porque queda entre paréntesis)

Si realmente quiero el control, el orden total, debo aceptar la presencia del caos en dicho orden.

Del respiro.

No negarlo, ni huir de él.

Darle margen de existencia, logrando la armonía.

Al fin y al cabo, la mayoría de las veces, el caos viene de mí misma


Debo estar soñando.

Las nubes parecen moverse sólo cuando las miro.

Sé que existe únicamente lo que observo.

A veces cruzo mi mirada con otras personas.

Intercambiamos sonrisas. Me cuesta acostumbrarme.

Normalmente, cuando observo a las personas, éstas dirigen su mirada a la cámara del móvil (suele ser en fotos).


Durante las cinco horas que paso en Plaza Nueva me encuentro caras nuevas, sucesos diferentes.

Cambios.

Y sin embargo, cuando comparto mis ojos o sonrisa con alguien, siento que se trata de un mismo ser, un ser que ya conozco pero no recuerdo conocer.
Ni la gente, ni los perráncanos que pasean, ni nada, me da miedo. No necesito huir.

(Por eso me quedo tantas horas zanganeando)

¿Es porque también forman parte de lo que me sonríe?

Todo el desorden, los choques, la música, el ruido, las grietas de la calle, el caos, parece no dañar.

Parece tener sentido, armonía. Y no por esa aparente constancia.


Y el único cambio verdadero aquí es la realización.

La realización de que soy la única persona que no ha salido de la plaza en este tiempo, a parte de los hippies de la esquina.

¿Son ellos quizá mi caos?

¿Es la plaza el orden y el control que los aloja, que se mantiene a pesar de las grietas, las pisadas, el bullicio, el humo de los coches..?

Hasta lo sucio desprende un aroma dulce.

Y el único cambio verdadero aquí es la realización.


La realización de que quizás no tendré lo que quiero, peo de que lo que quiero no es lo que me falta.


Lo que me falta tampoco lo tendré ahora. Pero sí tengo el ahora y eso es todo lo que me hace falta.

Y sé.

Soltándolo, el caos no ataca. Se comporta. Juega con el orden y luego se dan un besito.

Flora y fauna

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pues eso, sensaciones de la flora y la fauna

Transeúntes y lugar

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escenografía, gente y detalles del tiempo actual

Lo onírico y lo improbable

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detalles insolitos y pruebas de sueño

Temores, atracciones, conmociones

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imagenes hostiles, amables y punctum

Arquetipos

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Caos y control

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incluye microtema y esfinge más referencias al tema del control

Armonía